Construyendo la sociedad que queremos II

 En un artículo anterior esbocé la idea sobre la necesidad de impulsar elementos que permitan una mayor cohesión social en nuestro país, es decir, desarrollar o fomentar aquellas cosas que todos, o al menos la gran mayoría de peruanos, podemos compartir. 

Un ejemplo de esos elementos de cohesión social podría ser la comida, debo confesar que hace algún tiempo pensaba que la   comida, si bien era algo que compartían significativamente los peruanos y se enorgullecían de ella, podía ser algo superficial. Pero si profundizamos más al respecto, la comida puede representar una de las expresiones culturales más importantes de una sociedad, pues es el resultado, la síntesis de la historia de un pueblo, la historia de sus familias, sus tradiciones y cómo se proyectan hacia el futuro, pues la comida es la energía que toman las personas para lograr hacer cosas. 

Obviamente que para lograr tener una cocina como la que tenemos los peruanos han tenido que pasar muchas cosas en nuestra historia, una de las principales es el mestizaje entre los indoamericanos e hispanos, este mestizaje muchas veces no se comprende a cabalidad y puede ser una  de las causas de la crisis social que se vive en Hispanoamérica. Los peruanos somos principalmente mestizos, es decir que, si bien tenemos una cultura milenaria como la incaica en nuestras bases, la cultura española aportó elementos que han contribuido de manera significativa a la construcción de la cultura peruana. 

Cada vez me convenzo más que el futuro próspero, que definitivamente le espera al Perú, está íntimamente relacionado con el reconocimiento de nuestro mestizaje y la valoración tanto de nuestra cultura milenaria inca, como de nuestra cultura hispana, ambas mezcladas han logrado un mestizaje único. La diversidad que existe en nuestra sociedad puede ser vista como un problema, pero a la vez, es una oportunidad para  resolver nuestros problemas. Contar con diferentes maneras de ver y apreciar las cosas puede ser una fortaleza difícil de igualar y si a esa diversidad le logramos dar unidad, como lo hace la comida peruana, el fútbol o la procesión del Señor de los Milagros, sería un golazo.

Las distintas maneras de aproximarse a una misma realidad pueden facilitar la creatividad e innovación, y si a esa diversidad se le da un sentido trascendente; es decir, que a pesar de ser distintos, cada uno de nosotros se preocupara genuina por los demás, se potenciaría la innovación aún más. Por eso, nuestra diversidad debe estar asentada, también, en una preocupación real por resolver y atender las necesidades reales de las personas; una sociedad no puede proyectarse solo económicamente, estar solo preocupada por los indicadores de crecimiento del PBI, del ingreso per cápita; sino que también debe considerar las necesidades de las personas, sus sueños, anhelos, los cuales normalmente están relacionados con los demás. Por ejemplo, un padre piensa en su desarrollo personal y profesional, y sabe que esto repercutirá en una mejora de su familia. En definitiva, la persona no vive aislada, sino que sus relaciones aportan a su desarrollo; por esto no es recomendable, para el desarrollo personal, el individualismo, aunque la sociedad moderna lo estimule en demasía. 

Si los líderes del país pensáramos en cómo atender las necesidades de todos los peruanos, tendríamos una visión más amplia. Los empresarios se preocuparían de manera genuina por atender las necesidades reales de sus clientes y colaboradores, e incluso las de otros actores relacionados, lo que se conoce como stakeholders, inclusive podrían descubrir nuevos negocios; las universidades estarían atentas a las necesidades de la sociedad y sus investigaciones serían útiles para resolver los problemas reales de la misma y de los empresarios; los partidos políticos intentarían conectar con las necesidades reales de los ciudadanos y no sólo con las superficiales para obtener el poder.

Es por eso que la cocina peruana, y hablo ahora de cocina porque es el espacio donde se transmite el conocimiento y la tradición culinaria, es especialmente importante porque es el lugar donde una mamá o papá prepara el alimento de sus hijos, no por obligación sino por amor, porque hay una preocupación real de los padres hacia sus hijos. La cocina peruana ha logrado un sitio tan importante en el mundo, entre otras cosas, por el amor que se pone en ella, por la preocupación de darle algo bien hecho al que va a comer, entonces este elemento que para mí aparentemente era tan superficial, ahora lo comprendo como esencial de nuestra cultura. Pues es la muestra de nuestra cultura mestiza, que nos debe hacer sentir orgullosos de ser incas e hispanos, de la papa y del ajo, del cuy y del cordero, es la unidad en la diversidad.

Si seguimos profundizando en esa integración cultural, poco a poco nos encontraremos, los del sur con los del norte, los de izquierda y los de derecha, y hasta nosotros mismos. Pues si respetamos nuestras diferencias, estaremos abiertos a comprender mejor los distintos aportes que pueden surgir para el desarrollo del país, podremos comprender que es legítimo que cada uno busque satisfacer bienes personales, pero que no pueden estar contrapuesto al bien común. 

De esta manera nos empezaremos a respetar, y el respeto es un mínimo necesario para construir una buena sociedad, sólo con respeto será posible mirar juntos el futuro próspero del país, si hay respeto también será posible después construir amistad, tan necesaria para la cohesión social. C.S. Lewis, escritor británico, define la amistad de la siguiente manera: amigos son los que ven juntos un mismo problema, a los que les ha interesado lo mismo, aunque tenga diferentes maneras de solucionarlo. Los peruanos, los buenos peruanos, queremos el desarrollo de nuestros países, que no existan pobres, que no se maltrate ni discrimine a nadie, que la educación sea de calidad al igual que la salud, podemos tener soluciones diferentes, pero si nos respetamos podremos tomar lo mejor de las diferentes ideas para solucionar los problemas que a todos nos afectan.

Sandy Cáceres