Construyendo la sociedad que queremos I

En diversos espacios académicos y empresariales, con frecuencia surgen conversaciones sobre temas relacionados al futuro del país, como: la polarización social, el desgobierno, la falta de autoridad frente a protestas violentas, entre otros. A menudo, se pasa rápidamente del análisis de la situación actual del país a las alternativas de solución de los problemas aparentes. Sin embargo, el análisis de la realidad del país nos debe llevar luego a una síntesis, un diagnóstico, en definitiva, el planteamiento de los problemas; sin este diagnóstico apropiado, resultará difícil la comprensión real de las necesidades que existen en nuestro país. Definir un problema, a veces, no es sencillo, y si está mal planteado las alternativas de solución pueden agravar la situación e incluso generar nuevos problemas.

Las manifestaciones pacíficas que luego se tornan violentas, las paralizaciones y cierre de carreteras que afecta la vida de la mayoría de los peruanos, no son más que síntomas de los verdaderos problemas. Pensar que las protestas y paralizaciones solo se resuelven con las fuerzas del orden y el imperio de la ley, es engañarnos. Estamos atendiendo el síntoma y no la enfermedad (problema), es como tomar un paracetamol para bajar la fiebre, pero la infección continuará.

Una hipótesis de la causa de los problemas que vive actualmente el Perú podría ser la falta de representación política y social que algunos peruanos tienen o sienten que tienen. Aunque esta representación quizás ya se ha tenido en el gobierno del expresidente Castillo, puesto que algunos grupos sociales pusieron en él esperanzas de cambio. Sin embargo, esta representación política no fue eficaz, pues la manera como se ejerció el poder fue desafortunada. El Estado peruano, por más que nos quejemos de él, ya ha recorrido bastante y tiene cierta institucionalidad. Algunas instituciones del Estado funcionan o intentan funcionar de la manera más profesional e imparcial posible, no se someten tan fácilmente al poder. 

Pero el problema de representación persiste y es de cierta entidad, varios grupos sociales, que no son minoría, quieren ser parte de la "sociedad peruana". ¿Qué significa ser parte de la sociedad peruana? ¿Cuáles son estos grupos sociales? Por ejemplo, los grupos informales, que pueden proceder del comercio o la minería informal, quieren que sus hijos estudien en los mejores colegios, universidades, pertenecer a clubes o asociaciones de renombre; no es suficiente tener el poder y dinero, sino ser aceptado por los demás. ¿El Perú formal debe ser inclusivo con los grupos informales? ¿Cómo hacemos factible esta inclusión? Debemos formalizar lo informal y no legalizar lo ilegal, pues no todo lo informal es ilegal. No ahondaré esta vez en el tema de la informalidad, aunque soy consciente que es uno de los grandes temas a resolver en el Perú. 

Alexis de Tocqueville, al analizar la revolución francesa, identificaba que una de las causas principales de la revolución había sido la falta de representación política que tenían algunos grupos sociales, los cuales iban tomando cada más fuerza en la sociedad francesa y no se les daba espacio de poder ni de movilización social, la sociedad francesa de esa época sería como una olla a presión que devino finalmente en una de las revoluciones más sangrientas, trayendo abajo el sistema monárquico y dando paso a la democracia moderna.

El Perú tiene un gran reto: lograr una sociedad verdaderamente inclusiva y participativa. Para lograr esto primero debemos definir qué tipo de sociedad y de país queremos ser; no solo definiciones genéricas, sino cosas concretas que unan a todos los peruanos (factores de cohesión social), por ejemplo: la fe, porque aún estamos en un país creyente, pero debemos construir otros elementos que unan a los peruanos, a los del norte, sur, centro y oriente, si no terminaremos desmembrados, más débiles y a merced de otros.

Contar con una visión de desarrollo del país, con unas definiciones de qué tipo de ciudadanos queremos que el Perú tenga, deben de ser elementos básicos para la construcción de nuestra sociedad. Esta visión debe de construirse de manera participativa, y supera, por supuesto, al régimen jurídico que se quiera adoptar; cuando tengamos claro qué queremos hacer y por qué, será más fácil desarrollar el cómo, la manera y los procedimientos para lograr lo que queremos, que vendrían a ser en definitiva: la Constitución y las leyes del país. Países como Indonesia tienen algo que se llama Pancasila, que está por encima de su Constitución, son 5 principios básicos de su sociedad, desarrollados con el objetivo de darle unidad, por ejemplo el primer principio dice: "Creemos en un Dios Supremo", y el segundo: "Tenemos sentido de Humanidad Justa y Civilizada".

Querer cambiar el régimen jurídico no es más que tomar ese paracetamol para bajar la fiebre, pero seguiremos con la infección, con la falta de inclusión de todos en el desarrollo, con la falta de unidad, con la falta de visión compartida del futuro que queremos todos. Es imposible que un texto constitucional cambie la realidad, no seamos ilusos, las cosas no van bien o mal porque los sistemas funcionan o no, las cosas van bien o mal porque nosotros tomamos buenas o malas decisiones en nuestras vidas personales y profesionales. Si tomamos malas decisiones es por los malos hábitos que tenemos y por nuestra falta de virtud y amor al bien, considero que este es el principal problema de los peruanos y es lo que debemos atacar. Debemos buscar el crecimiento personal, social, ético y no solo el técnico y económico, así construiremos la sociedad que queremos. 

Sandy Cáceres